Yo solía dormir con tapones para los oídos, lo hacía tan a menudo que era natural en mi. Empecé a tener sueños en los cuales despertaba pero en realidad despertaba en el sueño. Normalmente despertaba en una posición diferente a la del sueño y le echaba la culpa al exceso de azúcar de noche. Dicen que cuando haces eso no puedes escuchar a los demonios acercarse. Una noche empecé a soñar que me despertaba en medio de la noche, pensé en levantarme al baño, pero no podía. Entonces escuche el sonido de pasos, pero se suponía que tenía los tapones puestos. Mi gato no estaba donde duerme siempre... Se cayeron unos libros del estante... Los pasos se alejaron y de pronto me vi a mi misma que me empezaba a decir: - Despierta, tienes que despertar....este es un sueño, despierta - Cuando abrí los ojos sudaba frío, los libros estaban en el suelo, encima de mi pecho estaba el rosario que me dejo mi amigo, en caso de cualquier cosa...me saque los tapones y prendí la luz, intentando cal