Él era como mi padre, él que nunca conocí ya que fue muerto en uno de los ataques...mi madre adquirió la peste negra cuando yo tenía 5 años, él me ayudó a cuidarla, pero nada pude hacer contra algo que no tiene cura. Pese a ello, en vez de abandonarme a mi suerte, me enseño el arte de la espada, de manejar una pistola y saber robar a aquellos que eran poderosos, sabiendo compartirlo con los que eran dignos. Eso era lo que él decía, pero eso no dejaba de hacerlo lo que era...un pirata. A pesar de vivir la vida del segundo al mando del capitán Arrow, yo no compartía todas las tradiciones piratas y el lo sabía, me dejaba vivir alienado de ir a los prostíbulos, jamás mataba a un niño y me permitía mantener el orden con los doseles...aunque nunca toque a uno. Maximus, el último dosel, de la embarcación desembarcó. El viaje lo había vuelto poco atractivo me encomendaron traer uno nuevo, tanto para todos como para Arrow, ya que su dosel, Andrew había querido robar parte del botín y había si