Noche furtiva
Sabes Satoru, el corazón de los humanos es cambiante y sinuoso como el andar de una serpiente. A veces está más enrollado y a veces es como una línea pero nunca es del todo igual. Ese día era como los otros en los que esperaba que visitaras mis aposentos pese a estar alejados, no podíamos vivir tan lejos el uno del otro, nadie sabía que muchas de tus misiones terminaban en mi cama, en una cabaña alejada donde no éramos enemigos los unos de los otros. Verte llegar y asomarte por la puerta como si se tratara de tu casa era algo que me llena el alma de miles de formas que espero no decir, pero que en un punto sé que conoces. Casi nunca cruzamos muchas palabras porque eso significa cuestionarnos esto, pero cruzo la habitación directo a tus labios y el beso se vuelve apasionado de golpe, es como sino quisieras soltarme y nos vamos a la cama con una imprudencia digna de adolescentes. Quiero tenerte tanto que al sacarte la ropa siempre terminamos casi golpeandonos solo de brutos. Olvido uno