No hay nada que un BL no pueda mejorar

Note su ansiedad desde la segunda noche, la primera la verdad que no logramos nada más que dormir. Y no era lo único que notaba en la casa dese mi regreso. Victor llego y antes de coger la maleta estaba al frente de mi haciendo preguntas, enojado con mis respuestas... - No puedo creer que seas tan desconsiderado con tu familia! Pensé que ya no nos dejarías...pensabas volver a dejarme? A todos? -  - Hijo, basta! - La voz de Yui nos sorprendió a todos, incluso a Alfred que venía llegando cargando todo - Él esta aquí, no quiero que le faltes el respeto hablandole de ese modo...ya solucionamos eso, no quiero más peleas -  Era una de las pocas veces que él le llama la atención. Victor bajo el rostro unos segundos - Lo siento padre...papá, yo...solo.. -  - Sólo estabas preocupado - Yui realmente estaba haciendose cargo de la situación, simplemente ha madurado mucho más que yo y sabe manejar sus emociones lo suficiente para que nuestros hijos se sientan seguros, aunque ni él lo p

Mi hijo estaba en los brazos de mi hermano, no tenía energías de sostenerlo, con mucha suerte me podía lo que me quedaba de humanidad en pie. Llego el auto, lo reconocí, primero bajo un chico de cabello blanquecino, ojos dorados. Como me hace sentir tranquilo ese rostro sonriente, no sé porqué, pero desde que lo conozco es como si supiera que puedo confiar en él, debe ser por nuestra naturaleza. - Cariño - Me susurra antes de abrazarme - Perdóname por no poder haber sido mejor ayuda - Su disculpa es sincera, lo sé. Cuando baja el hombre por el otro lado, se ve molesto por no haber conducido, me saluda de lejos con la mano. Lo veo sacar a alguien del asiento de atrás como quien cargara un saco de trapos viejos. Casi salgo corriendo para detenerlo. - Señor, si no te comportas te tocaran años arduos y solitarios - Dice en tono firme Alois, su voz no sonaba a amenaza, era tranquila, pero de cierta manera vi en los ojos algo rebeldes de su esposo que no haría nada raro. Él salió, su

Recuerdo, en un pasado distante, cuando me gustaba alguien...y miraba a esa persona de lejos, y al cruzar miradas me sonrojaba. Esa sensación de vértigo porque esa persona te sonriera, el temor de quedarte a solas...ese juego de niños al gustar de alguien...la sensación de conforte al tomar su mano...aunque fuera casualidad. Es raro como se extrañan esas cosas cuando se llega al punto de no tener a nadie que te guste, no es que lo deseé, solo que con algunas series siento nostalgia y me dan unas ganas tremendas que me guste alguien...de sentir mariposas por ver un mensaje en teléfono. Quizás me de por encapricharme un rato de alguien en un futuro, pero por ahora, solo quería decir...lo extraño.

Entonces apareció una burbuja, en la que yo veía la felicidad rodeando un par de escalones abajo, y el amor se escurría entre los dedos y sus sonrisas soportaban una parte de mi mundo que se podía caer a pedazos. No era mucho más diferente que el lecho marino que tiene muchos colores, pero ninguno completamente real sin luz. Mis manos estaban así, vacías, así como ahora....pero cierro los ojos y están llenas, están completas...de tantas veces que tome la mano de alguien que realmente pensé que completaría mis mañana e iluminaría mis noches, mis manos entrelazadas. El actual yo, el salido del país de las maravillas a veces se refugia en los recuerdos, pero por más felicidad que hallé en ellos jamás quiere correr a ellos de nuevo, esta feliz con sus errores y decisiones, esta feliz con la soledad de un mundo nuevo, este mundo con pocos colores...este en el cual ya no tengo la corona, y nadie me conoce como la reina roja, el mundo donde hay que estar cuerdo, donde no encontraré a Alic