Flash Back

Mi hijo estaba en los brazos de mi hermano, no tenía energías de sostenerlo, con mucha suerte me podía lo que me quedaba de humanidad en pie. Llego el auto, lo reconocí, primero bajo un chico de cabello blanquecino, ojos dorados. Como me hace sentir tranquilo ese rostro sonriente, no sé porqué, pero desde que lo conozco es como si supiera que puedo confiar en él, debe ser por nuestra naturaleza.

- Cariño - Me susurra antes de abrazarme - Perdóname por no poder haber sido mejor ayuda -

Su disculpa es sincera, lo sé. Cuando baja el hombre por el otro lado, se ve molesto por no haber conducido, me saluda de lejos con la mano. Lo veo sacar a alguien del asiento de atrás como quien cargara un saco de trapos viejos. Casi salgo corriendo para detenerlo.

- Señor, si no te comportas te tocaran años arduos y solitarios - Dice en tono firme Alois, su voz no sonaba a amenaza, era tranquila, pero de cierta manera vi en los ojos algo rebeldes de su esposo que no haría nada raro.

Él salió, su cabello estaba más liso y apagado de lo normal, su abuelo lo cargaba. Se veía hasta más viejo que él. No dejo que lo cargaran, estaba con la mitad del rostro vendado, junto con una parte de su hemisferio izquierdo, empezó a caminar con dificultad. Quería correr hacía él, quería abrazarlo, pero mis piernas estaban diciendome que no podía hacer nada.

Cuando llego a mi lado me abrazo suave, pero con firmeza y no pude evitar empezar a llorar.

- Perdóname por estar lejos de casa - Susurró

- Eres un idiota... - Fue lo único que pude decirle, antes de besarlo. Su voz sonaba tan congestionada como la mia, y no me importo que el beso fuera seco, lo tenía de nuevo.


Alois saludo a las personas, y le tendió los brazos a Christopher, a lo que mi hijo se dejó hacer por su abuelo, tenía su carita preocupada. En cuanto mi esposo intercambió miradas con él, lo deje alejarse y no sé de donde sacó fuerza para tomarlo y abrazarlo.

- Todo esta bien, tu padre es un tonto y se golpeó en el ojo...no es nada -

Mi niño me miró frunciendo el ceño, sabía que buscaba una aprobación mía.

- Perdonaremos a papá, verdad? -

Dejo de hacer caras y empezó a sonreír.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia del Hada de Los Dientes

Me he caído tantas veces que ahora caigo con estilo

Me hacías sentir muy tsundere...era divertido