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Mostrando entradas de febrero, 2015

Lo inevitable invisible, se tiñe de colores

Cuando puedo revivir esto...es tan maravilloso! Es como si fuera niña de nuevo...veo a mi gata con ese cariño de lo sobrenatural que creí perdido...pienso en personas que tengo cerca y lo maravillosa que son todas, me gusta, me gusta y me siento sumamente feliz! Recuerdo que una vez, en la madrugada en el departamento de valparaíso de la Sabella, estabamos mirando las estrellas con la ventana, ella me estaba abrazando, yo estaba perdida en la noche. Aún ni siquiera salía del Liceo...ella me preguntó - ¿Cuáles son tus sueños? -  Yo me quede mirandola y dije: - Sueños? No tengo...en realidad, creo que moriré a los dieciocho años -  Mi respuesta estuvo abalada a que siempre podía percibir algo de lo inevitable en las personas, y a los  quince o dieciséis, cuando quise ver mi inevitable venidero, no había nada. No me asuste cuando vi eso, pero en realidad tuve miedo. A las personas que les confíe esta información siempre me decían que quizás solo era un bloqueo de mi parte.  Incl

Ese chico del limbo

Pensar que ahora revolcarnos seria tan sencillo como invitarte a mi casa y hacerlo. Aun así no lo deseo. Creo que jamás podría, pese a nuestro lazo, nuestra unión indescriptible que perdura...ese amor y odio que yace en nuestras memorias y corazones. Somos dos zorros viejos con miles de historias y que aun piensan en un pasado que se les fue de las manos. De una estudiante que creía tener el control y que reñía sus fuerzas con un oponente que parecía digno.  Ninguno de los dos llego a lo físico...nuestra relación se baso en la mente...en cuál dominaba a cuál o quien enamoraba a quien... Sabíamos que lo físico mataría nuestros deseos verdaderos. Somos objetos en la vida del otro...y aún estamos de tope de puertas....en ese campo gravitatorio confuso.

Sadica pasiva

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¿Cristian Grey?...jajaja...yo si puedo decir que estuve a manos de una sadísta. Una que no se cansa hasta saber que hay sangre en mi cuerpo, ya sea dentro o fuera. Que gusta de que lo mulato de la piel se mezcle con el violáceo de los cardenales producidos por los golpes. Aunque cabe destacar que la que metió primero juguetes a la cama fui yo, pero la cera, los bisturí, los golpes....eso venía de esa mente que le daba igual la posibilidad de matarme...y de cierta manera eso excita la piel. Maldita sensación que estas a punto de morir cuando estas excitando a alguien, decir que no y que continúen hasta destruirte.... Su cuerpo no es el mejor que he visto, pero sus manos, sus caderas marcadas, sus muslos firmes, su seguridad...e incluso sus senos pequeños tenían su encanto. Su forma de estar presente, como un señor que viene a sus tierras y reclama los impuestos sin misericordia.  Su sexo brutal remecía el cuerpo, y sus besos húmedos en exceso a veces me hacían desear la ásper

Tus lindos senos

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Eran unos senos perfectos, redondos, pezones grandes como me gustan, aureolas equilibradas al tamaño. Duros, coquetos...podría estar mordiendolos y lamiendolos por horas... Incluso cuando la veo con sus ropajes puestos pienso en toquetearlos, en meter mis manos entre las ropas, entre el sostén...y entonces, tomar entre mi índice y mi pulgar esos dulces botones duros. Esos senos me vienen a la cabeza a veces y me traen fantasías.... ¿Te gustaba cuando los tocaba? Sería terrible pensar que no era así, porque realmente me esmeraba por ellos El sexo con esa persona era aburrido...sólo una vez vi un poco de deseo y un rival en la cama. El resto de tiempo era una muñeca de trapo. Pero una muñeca de trapo con el cuerpo más seductor que tuve debajo del mio. Unos senos hermosos, con una curva perfecta ante un estómago plano, un hermoso ombligo con una G dibujada en él, unas caderas marcadas que descendían hasta un sexo cubierto pobremente por la pubicidad en proporción justa para ence

Lápiz y tinta

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Desfogues

Ultimamente, y desencadenado por una lectura erótica con buenas dosis de sexo gay, he acudido al llamado furtivo a mis desfogues. No por un placer, sino por deseos que necesitan de una segunda piel. Con tan mala suerte, que como vírgenes coquetas, han rehuído el ligue efímero sin amor que nos brindan unas horas. Acaso estaré perdiendo el toque en mis dedos o en mi boca? Acaso ya no apetecen mis ideas siniestras a veces ahogadas en la desconfianza o la separación temporal? Por lo que fuese, más vale que alguna responda antes que acabe entre párrafos el deseo de otro ser humano.