Sadica pasiva

¿Cristian Grey?...jajaja...yo si puedo decir que estuve a manos de una sadísta. Una que no se cansa hasta saber que hay sangre en mi cuerpo, ya sea dentro o fuera. Que gusta de que lo mulato de la piel se mezcle con el violáceo de los cardenales producidos por los golpes.




Aunque cabe destacar que la que metió primero juguetes a la cama fui yo, pero la cera, los bisturí, los golpes....eso venía de esa mente que le daba igual la posibilidad de matarme...y de cierta manera eso excita la piel.

Maldita sensación que estas a punto de morir cuando estas excitando a alguien, decir que no y que continúen hasta destruirte....


Su cuerpo no es el mejor que he visto, pero sus manos, sus caderas marcadas, sus muslos firmes, su seguridad...e incluso sus senos pequeños tenían su encanto. Su forma de estar presente, como un señor que viene a sus tierras y reclama los impuestos sin misericordia. 

Su sexo brutal remecía el cuerpo, y sus besos húmedos en exceso a veces me hacían desear la áspera lengua de un hombre. Me ultrajaba la boca, pero a mi no me agradan los besos que van derecho a acariciar toda la cavidad...me gustan más los besos secos....en los cuales la lengua es tímido tesoro que se esconde, se hace la importante...hasta puede que te rechace y prende el instinto de cazador que hace que cuando la toques con la tuya te mojes.

No. Sus besos perdieron el toque de conquista, ese toque cómplice...ese toque rebelde en lugares inapropiados. Dejaron de excitarme....pero era otro punto cuando me golpeaba y me tiraba a la cama como si fuera su esclava. 

Pero ella fue una grande en la cama. Su lengua y sus dedos eran como el pene que nunca tuvo, siempre hondo y grueso...tocando el clítoris con sinfonía, presionando el monte de venus con tanta gracia que parecía un cirujano, encontrando la entrada del útero con precisión. La capacidad de mantener un ritmo continuo y duradero, que me sacaba lágrimas de placer al llegar al orgasmo. Eso sin contar su mágica forma de morder pezones, de inmovilizar y el hecho de que estaba abierta a nuevas experiencias. Sin duda se lleva un diez.

Lastima que esa fiera ahora sólo sea una tierna gatita asustada que incluso después de hacerla mía a llorado, que la tuve que besar y decirle que me la tiraría, después de haberme tenido con la espalda pegada a la pared y asfixiándome. Ahora no es más que una planta que se prende después de quitarle la ropa...y ya para ese momento yo lo hago sólo por cumplir, como un buen hombre....

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