Cita en el cine

No sé si a todos nos pasa de la misma manera, pero las primeras veces con alguien que te interesa pueden ser muy intensas. Cuando sales con alguien de tu mismo sexo, como socialmente aun no es del todo aceptado, dejarlo fluir libremente no es la mejor opción, por ende las miradas y los roces se hacen más significativos.

Imagina, si para una pareja heterosexual es difícil saber si se esta o no interesado en ti. Para un chico que busca otro puede ser realmente caótico, no quiero pensar como lo es para dos chicas, ya que entre chicas el contacto físico es normal y las demostraciones de cariño pueden ser fácilmente mal interpretadas.

Hace un tiempo veníamos llevando muy bien, demasiado diría, mucho buscarse con la mirada entre la gente, simplemente tratar de entablar una palabra. Sacando la excusa mas pobre para poder acercarnos, yo sentía cierto nivel de tensión que nos envolvía. Pero...¿Y si no era más que mi imaginación y él solo estaba siendo un buen amigo conmigo?

Ese día decidimos salir al cine solo los dos. Esta de más decir que cuide cada detalle casi con una semana de planificación, repasando posibles temas de conversación, posible diálogos y respuestas que pudieras darme. Como todo un controlador, intentando barajar la mayor cantidad de posibles casos, estar preparado para lo que pudiera venir.

Tenía tanto en mente, que habían pasado 5 minutos desde la hora que teníamos planeada cuando me hice presente. Cabe destacar que cuando uno esta enamorado el concepto de belleza muta a una irracionalidad subjetiva que raya en lo absurdo. Su look era casual, jeans, zapatos deportivos, sudadera y una polera cuello en v. El cabello aun sugería una ducha rápida, al estar cerca note algo nuevo. ¿Perfume? Y no cualquiera, era invictus, había dicho que me gustaba esa fragancia, también recuerdo que usaba blue de antonio banderas. ¿Era producto de mis comentarios el cambio?
Podía ser hedonista y pensar que todo fue provocado por mi, pero no poseía el nivel suficiente de autoestima para ello. Ni siquiera ame atreví a mensionarlo.

Un trémulo "Perdón por llegar tarde" afloró, mientras me sentía completamente disminuido ¿Qué había hecho yo para agradarlo? ¿Recordaba si quiera algo que me hubiera comentado el de mi?

Entramos, era una película secuela de un libro, pero esta era una de las últimas funciones, incluso el periodo de tiempo se había extendido el doble de lo que suelen estar las películas en el cine, por lo cuál había menos personas de lo esperado. Eso era decir poco. Podía contar a los asistentes con la palma de mi mano si nos excluía a nosotros dos.

Todo empezó y trate de poner atención completa en la pantalla, pero de vez en vez, miraba que postura mantenía él. Primero sus brazos se cruzaron, yo por mi parte reposaba los codos en los apoyabrazos mientras mis manos se resguardaban tímidas en mis rodillas.

Entonces, cuando la película estaba en una escena de cambio de cámara que provocaba una sensación de mareo, su mano busco el espacio que quedaba y se tendió dejando reposar los dedos colgados al suelo.

Trague salida, subí mi rodilla, dejandola en un ángulo de noventa grados y justo con la rotula a la altura del apoyabrazos, haciendo que nuestros dedos meñiques se rozaran y terminaran uno contra otro. Observé su reacción...nada.

Deje pasar unos minutos, tenía el corazón en la garganta, y las ansias llenaban mi boca de saliva que me costaba tragar. Entonces sentí un roce de vuelta, a causa de acomodarse en el asiento, aunque no se alejaban nuestras manos.

Respiré lento, mi dedo paso sobre el suyo quedando entrelazados. Esperé una mirada de desconcierto o algo, pero en vez de eso me abrió paso estrechando el contacto. Me mordí el labio de manera inconsciente al notarlo, Era como decir "No me molesta, sigue".

Mi mano avanzó poco a poco, lentamente, y quedó diagonalmente posada sobre la suya. Ambas se movieron poco a poco, de manera consciente, pero ninguno de los dos era capaz de mirarse. La vista en la pantalla, aunque el cerebro ni siquiera procesará la imagen que el ojo retenía en la retina.

Entonces terminó todo con dos manos unidas, los dedos entrelazados y unas suaves caricias de los dedos pulgares el uno a l otro.

Mi corazón latía tanto que casi saboreaba la adrenalina que me estaba produciendo ese salto al vacío que me tenía flotando. Todavía no estabilizaba la cantidad de impulsos eléctricos de mi cerebro cuando una cabeza de cabellos negros se posó en mi hombro.

- Me preguntaba cuando harías esto... - 

La frase despertó en mi un montón de imágenes, como si ahora lo que creí como interpretaciones vagas, fueran completamente claras y precisas.

- Y por qué no lo hiciste tu? - 

- Supe que habías tenido una novia... - 

- Y supongo que sabes que no tardamos en terminar... - 

Sentí un poco más de presión en la unión de palmas. Le mire de reojo y me estaba mirando, fue algo instintivo, autoprogramado. La inclinación correcta, el aliento cálido sobre los labios. Los de él suaves, los míos un poco agrietados por la espera. 

El beso suave, una presión que apenas se convirtió en una caricia. Entonces cuando nuestros ojos se volvieron a encontrar note que se habían caído todas las barreras y las palabras "Besame" en su iris.

Esta vez los labios se separaron para un roce más intenso, los míos tomaban los de él y viceversa. Entonces sentí una áspera y húmeda extensión delineando mis labios, como pidiendo permiso para entrar.

Un roce entre ambas lenguas, resecas por el propio aliento que se escapaba. Entre mordida de labios y roces, mi mano en su mejilla dicto el "ya no puedo esperar más". Mi boca se pego a la de él, ambas abiertas como si ambos cuerpos no tuvieran conciencia de donde terminaban. Las lenguas batallaban, húmedas de deseo entrando y saliendo de una cavidad a otra. La respiración estaba a tope y mi cuerpo empezaba a desear estar encima del suyo, devorarlo.

El termino de beso quedo apaciguado en un canto de respiraciones aceleradas y jadeos, con ojos vidriosos de libido. Trague mi saliva con mayor deleite de solo pensar que sabía a él.

Nuestras manos duraron unidas hasta el final de film. Nos separamos al ir del cine, no sé si era el único, pero cualquier lugar oscuro y sin gente me parecía el mejor del mundo para quitarle la ropa.

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