Damen y Laurent "El príncipe cautivo" AU Parte 2

 Siguieron charlando un poco de cultivos y de mercaderías, hasta que Damian decidió dirigirse a una arena dispuesta para entrenar. Elizabeth por su parte fue donde seguramente se encontraría con el menor de los rubios, mientras el Rey se disculpó, pero tenía reuniones de preparativos que necesitaban de sus decisiones.

Damian tomó una espada preparada por fuerte madera y empuñadura de cuero que era la que se usaba ahora en los combates para evitar los golpes letales, en un inicio suave y lento, solo recordando algunas posturas de defensa ante los ataques. Entonces sintió como unos pasos se acercaban y solo por instinto dio la vuelta a tiempo de hacer chocar su arma con una opuesta, el rubio apretaba en sus manos la misma herramienta que tenía Damian, mirándolo con rabia.

- Alteza, viene a entrenar? - Damian trataba de ser amable, pero el golpe había sido rudo y mal intencionado.

No recibió respuesta alguna, sino que Laurent tomó distancia y volvió a atacar con rapidez. Sus movimientos eran firmes y ágiles, pero aún no con la fuerza para hacer que Damian echara un pie atrás. No respondió los golpes, sino que se dedicó a defenderse del rubio que parecía profesar una molestia desde el fondo de su corazón. No fue necesaria otra frase, dejó que batalla fuera su medio de diálogo, para cuando el rubio jadeaba de cansancio decidió atacar midiendo la fuerza para hacerlo retroceder.

- Barbaro - Masculló con el ceño fuertemente fruncido.

- Laurent, de qué va esto? Actúas como si Akelios y Vere aún estuvieran en guerra - El moreno tenía una expresión de confusión cuando aprovechó la distancia para bajar la guardia de su arma.

- Me molesta - Soltó mientras movía la espada para de nuevo estar en posición de ataque

- Qué? - Volvió a subir su arma para prepararse.

- Tu - Sentenció Laurent, mientras volvía a atacar con violencia.

De nuevo movimientos firmes y rítmicos, pero escuetos de la suficiente fuerza para derribarlo, aunque de vez en vez le hacían recular unos centímetros. Damain aún confundido con la respuesta vacía de contexto, decidió que debía ganarse su derecho a saber. Danzo en el arte de la guerra como su cuerpo lo hacía, casi por dictamen propio, y no tardó mucho en lanzar lejos el arma del príncipe de Vere y tenerlo contra la pared, jadeante y con sus mejillas sonrosadas, asumía, por el esfuerzo.

- Qué....qué....he hecho? - El moreno también tenía la voz entrecortada por el desafío que había dado su oponente, no era fácil, aunque la fuerza fuera distinta.

- Déjame - Escupió Laurent tratando de liberar su cuerpo.

- No hasta que me expliques - El cuerpo de Damian se acercó demasiado al ajeno. No fue demasiado obvio, pero la presión y el roce producido por la piel morena sobre las ropas hizo que el vereciano pusiera una cara compungida y que su intimidad se estremeciera sobre  el muslo de su adversario.

- He dicho basta! - Laurent junto la fuerza que le quedaba para patear en el vientre con todas las fuerzas al príncipe de Akelios y salir despedido por los pasillos del castillo.

- Mierda - Murmuró Damian con una mano donde había golpeado Laurent. En su cabeza ahora era peor el puzzle.

Tenía certeza sólo de tres cosas: Laurent lo detestaba, Laurent reaccionaba a su tacto....Laurent no hablaría con él. Se pasó una mano por los cabellos y se tendió de espaldas, bañado en sudor encima de la arena de combate.

Por su parte Laurent corría a su habitación con las mejillas encendidas, bañado en sudor y molesto. Al llegar a sus aposentos Nicase lo miro extrañado, pero vio como este se sentaba en su cama furioso.

- Pasó algo? - Preguntó Nicase sin acercarse al tigre herido.

- Damianos, eso pasó - Gruño Laurent frunciendo el ceño.

- Fuiste a verlo? - El muchacho parecía curioso y emocionado, como un gato mirando a la presa que va a cazar.

- No...digo, si - Miro en otra dirección. Laurent sabía que con el único que podría hablar a cabalidad era con él, se sentía cóm odo y a salvo con Nicase - Combatimos - 

- En serio? - El joven se acercó con cuidado, terminado por sentarse a los pies de Laurent - Le ganaste? - 

- No - Masculló - Me gano. Maldito bárbaro - Apretó los puños 

- Estas enojado porque ganó? - La mirada felina de Nicase no era astuta, era solo de fascinante duda.

- No...o sea sí. Es solo que....los Akelienses no tienen respeto. Usan prendas cortas. Se les ve todo - Laurent se cruzó de brazos mirando a Nicase como si fuera el culpable de aquello y tuviera que hacerse cargo.

- Siempre ha sido así - Dijo el aludido, haciendo un poco de distancia - Podrías decirle que usara ropas verecianas mientras esté aquí - 

- Definitivamente - Suspiró y relajó un poco el gesto - Iré a darme un baño - 

- Esta bien, te asisto - El chico de ojos azules se levantó para ir a atender sus deberes como mascota personal del príncipe.

- No es necesario, quiero.... - "No quiero que veas esto" Pensó Laurent mientras sentía que su virilidad aún no dormía por completo - Quiero relajar mi mente solo - 

Se levantó con una cualidad felina para camuflar su problema sin atraer sospechas. Se dirigió a los baños y entró el que se dejaba solo para la familia real, privado, escoltado por guardias. Ingresó y se saco la ropa en el cuarto previo al tanque que contenía el agua caliente. Ingresó lento al agua mientras sentía como el agua drenaba todo el estrés de aquello que sentía.

"¿Por qué?¿Por qué cada vez que lo veo me agito?¿Desde cuando me di cuenta que los seguía solo para que se volteara a mirarme? Qué idiota"


Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia del Hada de Los Dientes

Me he caído tantas veces que ahora caigo con estilo

Me hacías sentir muy tsundere...era divertido