Las tardes de las estrellas son pocas a luz de día

El mundo me trago como cuando te hundes en arena movediza, como cuando el sueño te gana, como cuando te ahogas. Lo normal se me metió en las venas a la fuerza como el líquido de una inyección. No lo quería así, pero cuando decides dejar todo para sentirte normal y tratas de bajar tu perfil hasta que tu propia presencia se vuelve imperceptible ¿Qué más queda?

Mi cuerpo esta repudiando mis decisiones, me esta atacando, la falta de pelea y carne me ha hecho un alma débil. Hace un tiempo que no he me hundido en todo lo que estudiaba lleno de misterio, ni siquiera he saciado mi sed de escritura.

Ayer encontramos la llave con el Demian, estaba guardada. Yo la creí perdida. Fue genial conversar con él de muchas cosas que no puedo hablar con nadie. Rememorar ciertas cosas, hacer conclusiones de otras, saber que puedo atravesar una pared a esa extraña cuarta dimensión. Le conte de una chica que conocí cerca del cementerio, de un niño de una casa que esta a la venta camino a clases. Mirar las estrellas, escuchar la noche, sentir presencias.

Pude hablar con él sobre las personas en el curso que sé que poseen capacidades sobrenaturales, esos niños con preguntas sin respuesta. 

Pude hablar con él todo lo que había visto y el me contó tanto de lo sobrenatural que pasaba, de cosas, me prometió traer a su hijo para poder verlo y hablé con victor pro teléfono, conversar con arcano y quedar con emy para el otro fin de semana...fue una tarde en la que pude bañarme de un poco de ese mundo, que no todos ven, a través de la ventana.

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