Me duele la cabeza...y no sé por qué estímulo.

El hermoso impulso de estupidez de un acto esporádico en un cuerpo acostumbrado a actuar por instinto. El hecho tener unas ganas enormes de simplemente abrazarle, tocarle. No. Lo retuve lo más posible.

En mi cabeza saltaba esa luz que quería hacer algo para un roce de piel. Por otro lado, puedo decirle a mi mente: "Las cosas son como son, cada uno elige su suplicio. Las cosas son como son, mejor sigue tu camino"

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