Lectura Nocturna



No es que no quiera tener contacto con los míos, pero se siente bien estar sobrecargado de trabajo. Lo que para algunas personas seria vivir a un paso de un colapso nervioso, a mi me place bastante. Había terminado el manuscrito de la clase y la última auditoria de la empresa. 

Yui estaba terminando en su maqueta y Victor estaba estudiando en su cuarto mientras Alfred tocaba la guitarra, se supone que considere la música estudiar...pero bueno. Se quedará en el sofá mientras yo este en esta casa.

Estar desocupado era algo tortuoso, y cocinar no es una opción para mi destrezas en las artes culinarias. Así que encaminé mi rumbo donde estaba Crhis, jugamos un rato y termino por aprender a decir buenas noches en latín antes de dormirse. Pese a que Yui insiste en criarlo lo más normal posible, no puede pedirle a un lingüista que no guíe a su hijo por las caminos de los idiomas. Victor sabe bastante pero solo práctica el alemán con Alfred.

Me duche, me acosté y saque uno de los libros de Rumanía que estaba estudiando. Yui llego a la cama poco después, lucía cansado.

- Terminaste?

- Sí...aunque podría seguir...quizás un poco.. 

- Esta bien, déjala así...sé que con lo perfeccionista que eres jamás te va a satisfacer del todo. 

Se ríe, a pesar de que no levanto la vista de las letras sé que esta mirándome. Cuando se acuesta a mi lado, lo siento removerse. Ya no es algo extraño, extraño es que no pase. 

- Déjame terminar esta página 

- Siempre que dices eso te alargas un capitulo entero...

Esta enrollado en las sábanas...la verdad es que ahora que estamos así...me duele. No estar con él, no que la casa este tranquila, no que la rutina vaya bien. No sé como decirlo, pero pensar en que no puedo controlar lo que le hago pasar, y que aún así, él siempre me tenga paciencia y una sonrisa, me hace sentir un poco miserable.

"El castigo de un ángel a un demonio, es redimir sus pecados con su amor...a pesar que desees su odio" - Me dijo Sefiro mientras estaba en el pabellón - "Yo destrocé cada centímetro del alma de tu abuelo, y el siempre venia de nuevo y me sonreía, diciéndome que me amaba. Eso me destrozaba a mi"

Siempre he entendido bastante bien eso. Yui tiene tanto poder sobre mi...

Lo siento voltearse y tomar mi brazo con su mano suavemente. Lo miró por sobre el libro, aun con la cara bajo las mantas, ligeramente apenado se levanta hasta quedar a la altura de mi oído.


- Me gustas...quieres ser mi novio? - 

Es suficiente, no sé siquiera si el libro quedo en la mesa de noche cuando le tome para besarlo. Es una frase tan tonta si tomamos en cuenta que vamos para los cinco años de casados, pero hace que se me aceleré el corazón, aunque no quiero decirselo. Siento el cuerpo vibra bajo de mi, y no puedo evitar morderle un hombro.

- No...no me dejes marcas visibles...-

Sonrío y el se ríe.

- Esta bien...pero una de vez en cuando no hace daño - 

De reojo me cercioro que la puerta este cerrada. Le miro y se queda confuso.

- Pasa algo?

- Sólo pensaba...que nunca podre agradecer a lo que fuera que te puso en mi camino, que nos llevo a esto y que te hace seguir amándome....

Veo los ojos brillar un poco ante el exceso de humedad, me abraza y siento la calidez de una lágrima en mi cuello.

- Por qué tienes que decir esas cosas que me hacen sentir así? - 

- Tranquilo - Sonrió y le acaricio la espalda - Es mi trabajo hacer sentir cosas a mi "novio", no? - 

Relaja su cuerpo y vuelve a acostarse, dejándome espacio para poder volver sobre él, a besarlo, a abrir su boca para poder beber de él a placer. 

No podrías convencer a alguien que no cree en el amor, cómo es que después de años, el sexo sigue siendo tan mágico como en la primera vez. Sólo podrías decirle que pierdes la memoria unos segundos antes, para llegar al climax de que estas en brazos de la persona con la cual el tiempo nunca sera suficiente.

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