¿Aún me amas?

Preguntó...
Cuando el corazón tiembla y la respuesta a esa pregunta se queda tambaleante en tus labios, como sigilosa brisa que avisa que caerá lluvia sobre tus mejillas. Mi corazón sabía la respuesta, ella sabía la respuesta...ella no sentía lo mismo por mi...lo sabía...



- Qué más da mi respuesta? -

Susurre sonriendole. Y era la verdad. Nada cambiaría si aún la amaba. Si mi corazón se negaba a dar paso a alguien a que compartiera mi soledad y espantara a cada criatura que se me acercara por saber que no era esa persona. Aunque ese amor siga floreciendo infertil, sin capacidad de dar frutos. Aunque ese amor se anide en mi pecho hasta que mi piel se pliegue por el paso de los años y mire con nostalgia los recuerdos que tuvimos juntas. Nada te obligará amarme como yo te amo, como te ame, como te he amado, como quizás...te seguiré amando.


- Respondeme - 

Era una orden. Cerré los ojos para poder contestarle y así mismo herirme. Es como cuando cierras los ojos antes de chocar inevitable y dolorosamente con algo. Estrujando el corazón ante el peso de mis propias palabras.

- Sí - 

La risa sarcástica que acompaña mi respuesta es el mejor puñal que atraviesa mi pasado, desgarra el presente y aniquila el futuro. Ella sabe que me tiene, me usa como ese lugar donde corre cuando no se siente valorada y luego de usarme se retira. Ahora sólo se revuelca en la delicia de haber despojado a un ser humano de la dignidad de sus sentimientos. Es cruel. Es cruel al punto que duele. Es tan cruel que creo merecerlo.

Pero no le doy el agrado de ver cuan fuerte es la bomba en mi. La destrucción sale como una risa algo torpe, pero resuelta. Resignación hecha respuesta.

- Ves?...para que preguntas? - 

La risa queda resuelta en mis labios mientras seguimos con otro tema.

Nada cambió, nada ha cambiado y nada cambiará....
Porque pase lo que pase....este amor no ha podido ser asesinado...

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