Nuestro departamento

El primer día en nuestro apartamento estaba nervioso. Creo que no podía moverme bien y se me cayó un vaso al ir a tomar un poco de agua. El....el no paraba de sonreír, mientras más lo miraba más me sentía lleno, seguro de estar haciendo esto a pesar del poco tiempo.

Fue difícil despedirse de Akai y de los chicos, pero...
 Estaba por entrar con la maleta pequeña. Era la primera vez desde que lo vimos, lo iba a remodelar, eso era seguro. Su madre tenía un gusto algo tétrico y la verdad...quería algo más nuestro. Él abrió la puerta, después de equivocarse una vez de llave. También estaba nervioso...lo amo tanto cuando puedo verlo así por mi. Cuando veo que toda esa seriedad, esas capaz de chico rudo se le van y sé que es por mi...

- Bien - Me dijo al abrir la puerta, y entonces me tomo en brazos, pasándome hasta ir a depositarme en el sofá. Creo que mi estómago y corazón llegaron a mi garganta cuando lo hizo y luego no podía estar más rojo. Él fue por la maleta mientras sonreía como si hubiera cumplido un capricho que tenía de hace años.

- Dem... - El cerro la puerta y se me acercó - Kisushite... -

El me tomó de las mejillas con delicadeza. Me trata como si fuera de porcelana...incluso si pienso en otra gente, creo que nadie es más dulce conmigo que él. Pero...nadie es más cruel conmigo tampoco. 

Me puse a cocinar algo rápido y cenamos. Él nunca se queja de mi forma de cocinar...y eso que a veces pienso que la sazón no le sabe bien por sus costumbres italianas...quiero aprender de eso...quiero poder hacerle pasta a la italiana algún día.

Entonces, después de una semi guerra de agua y lavar los platos, nos lavamos los dientes y luego el pijama...

- Qué pasa? - Me pregunta con una voz seductora. Esa voz que sabe que me sorprendió mirandolo sin camisa y me quede como un conejo encandilado por la luz.- No es la primera vez que estoy sin camisa contigo, no? -

Le tiro la parte de arriba de mi pijama mientras fruncía el entrecejo - Ya lo sé...sólo que... - 

Siento como él se acerca. Por dios, si alguien pudiera comprender como mi cuerpo reacciona al suyo, es algo que realmente me hace pensar que nuestra naturaleza no es humana. Siento sus músculos contraerse a cada movimiento y mi piel empieza a ponerse como de gallina.

- Y, entonces? - Su mano en mi cintura. Su mano en mi cintura me quema, me llena de deseo. Ni siquiera puedo verle a los ojos. El me come con sus ojos, y me encanta....adoro que me devoré...lo necesito en este mismo momento.

- Dem, hoy podremos despertar juntos...desayunar juntos....es especial....me pone nervioso - No puedo ocultar mis palabras, mi sinceridad...nada. Todo sale tal cual como lo pienso.

Entonces caigo en sus ojos, esta vez no soy su presa...soy su novio, me mira con esos manantiales verdes en paz.

- Yui...lo sé - Suelta mi cintura y me toma de la mano para besarla - Pero contigo...cada noche es especial - Lo odio en este momento, e incluso pienso en abofetearlo. Lo odio. Siempre sabe que decir. ¿Por qué tengo que amarlo hasta que duele? - Quiero que sepas que ahora que te tengo...tendrán que matarme para que te deje salir de mi vida... - 

Maldición, no puedo más...me duele el pecho...no es suficiente la distancia, aunque sea corta, es demasiada...quiero estar lleno de él....de sus palabras, de su cuerpo, de su olor, de sus besos, de todo él.

- Demian...no hables de morir... -Le miro y acarició su mejilla - También voy a protegerte...no te quiero lejos de mi. Pasó tanto....tanto desde que nos conocimos.... - 

- Sí....-

- Y nunca me di cuenta, que la persona perfecta para mi eras tu... - 

- Ni yo me di cuenta....que aquel que daría un sentido a mi vida....eras tu - 

El beso que sucede después de eso, es como una unión. Entonces me doy cuenta que me puse el pantalón del pijama en vano. Sus manos...por qué nunca es suficiente el tiempo que me tocan...entonces tomo una y chupo uno de sus dedos. Amo ver como el se estremece cuando yo ataco a uno de sus extraños puntos débiles.

- Eso no se vale - Dice para luego ir abajo, y morderme la parte interna de mis muslos. No puedo evitar sostener el gemido que sale de mi boca cuando lo hace. Lo hace tan bien...es como si con cada mordida mi interior se contrajera y se relajara a espasmos de placer.

Esa noche no sólo hacemos el amor, sino que después empezamos a hablar. El se ríe cada vez que me quejo de los detalles que hizo su madre. Decidimos que le dejaré una oficina para todas sus cosas del milenio pasado para que haga su castillo gótico en la casa. Bromeamos mucho de eso. Nos dormimos cuando ninguno de los dos lo nota....jugando a quien ama más al otro...sabiendo que nadie gana ni nadie pierde en ese juego.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia del Hada de Los Dientes

Me he caído tantas veces que ahora caigo con estilo

Me hacías sentir muy tsundere...era divertido